miércoles, 21 de agosto de 2013

Regar las plantas de interior

El agua, en mayor o menor medida, es absolutamente necesaria para la vida de las plantas. El agua condiciona a la vida vegetal de forma muy importante, al ser un elemento que sirve parasolubilizar las sales contenidas en el sustrato, y permitir la humedad en su entorno.
El agua está siempre presente en todos los tejidos vegetales; en las plantas superiores se absorbe normalmente a través de las raíces, y circula en forma de savia, primero como savia bruta y después como savia elaborada, a través de todo el tallo y las ramas.
Con respecto al riego, este ha sido siempre el gran problema para en cultivo de las plantas de interior, y hay que señalar que no es posible establecer reglas fijas, sino tan sólo orientaciones muy generales.
Todavía es una opinión muy extendida la creencia de que basta proporcionar una cantidad de agua determinada cada semana. Lógicamente existen especies que necesitan más agua que otras, pero sin embargo es arriesgado aportar unas indicaciones precisas.

El tamaño de la maceta, el material del que esté fabricada, el tipo de sustrato, la eficiencia del drenaje, la cantidad de luz, de calor y de humedad ambiental constituyen una serie de variantes que pueden alterar la cantidad total de agua requerida; únicamente la observación atenta de cada uno de esos factores puede permitir establecer la cantidad de agua necesaria.

En términos generales, cuando se habla de riego frecuente y abundante significa que el sustrato nunca se debe dejar secar por competo.
A menudo, el sustrato aparece seco en superficie y en cambio a partir de una cierta profundidad contiene importantes reservas de agua; eso podrá comprobarse hundiendo el dedo un par de centímetros en dicho sustrato.

Con la definición de riego regular se suele indicar que el sustrato requiere secarse ligeramente entre un riego y el siguiente, evidentemente sin llegar a que el follaje empiece a marchitarse.
De modo determinado se requiere riegos menos frecuentes en los ejemplares en periodo de descanso o bien si están situados en macetas de gran tamaño.
En las especies tropicales, el ritmo de riego del sustrato debe ir unido a un incremento de la humedad ambiental. 
Sólo las plantas suculentas y algunas otras, muy limitadas, necesitan un tipo de riego que se denomina escaso; el sustrato debe secarse casi por completo, pero esto sólo se aplica durante los periodos de descanso y a determinada temperatura.
Las reglas con respecto al riego son pocas pero fundamentales. Cada maceta debe disponer de un drenaje eficiente en relación al tamaño de la maceta, a fin de que el agua no sature la parte baja del sustrato.
El agua deberá añadirse lentamente, a ser posible con una regadera de cuello largo, procurando mojar los bordes de la maceta, de esta forma se evita que se sequen las raíces que han alcanzado las paredes de la maceta.

Por último y no menos importante, el agua de riego no debe estar fría ya que puede producir daños en la planta; es mejor templarla ligeramente o al menos emplearla a temperatura ambiente. Asimismo, conviene dejar reposar el agua de grifo durante veinticuatro horas, de forma que pueda liberarse del cloro que siempre está presente en el agua corriente

lunes, 19 de agosto de 2013

Equivocaciones con las plantas de interior

A veces, sin darnos cuenta, erramos en los cuidados que le ofrecemos a alguna de nuestras plantas de interior sin saber muy bien que ha sucedido para que un ejemplar pase de estar espléndido a dar síntomas de un deterioro evidente y que en ocasiones puede llegar a causar su muerte.

Hay gestos que realizamos de manera habitual sin advertir que pueden no ser lo más convenientes para nuestras plantas: cerrar las cortinas en pleno día, ubicarlas en un pasillo lóbrego, cambiarlas de lugar reiteradamente, obligarlas a vivir en un espacio inadecuado, etc.

Estos son algunos de esos gestos que debemos evitar para no errar en sus atenciones.


En la cocina - En principio este un buen lugar para tener plantas, pero siguiendo unas pautas. El exceso de calor que a veces se concentra a causa del horno o la hornilla no es lo más conveniente, y menos aún la concentración de grasa que se deposita sobre las hojas tapando sus poros puede acabar con cualquier planta.

No por ello debemos dejar de adornar la cocina con una o varias plantas, muy al contrario, cada vez que hagamos uso de cualquier fuente de calor debemos colocarla en otro lugar mientras se cocina, reponiéndola concluido el quehacer. En la cocina es mejor evitar las plantas de hojas demasiado pequeñas o con pelillos: las plantas de hojas grandes y lisas se prestan mejor a una limpieza.


Salón - Cuando un ejemplar lleva tiempo ubicado en una zona determinada y se desarrolla perfectamente creciendo de forma exuberante, puede resultar un error cambiarla de lugar. Pese a lo que se pueda pensar, a las plantas de interior no les gusta los cambios de lugar y les cuesta mucho esfuerzo habituarse al nuevo sitio.

Es en esta estancia de la casa junto con las habitaciones donde las plantas de cierto volumen lucen excepcionalmente bien, sin embargo, por lo general, es raro que duren exuberantes mucho tiempo. Aquí, el error que cometemos es que por diverso motivos durante el día solemos echar las persianas, toldos o cortinas, dejando en semi-penumbra a plantas que lo que necesitan es recibir una buena iluminación durante las horas naturales. Una planta que no recibe la cantidad y calidad de luz que requiere, acaba muriendo.


Baño - Esta pieza de la casa puede parecer con diferencia el mejor lugar de la casa, ya que ofrece una de las necesidades básicas para las plantas de interior como es la humedad. En cuanto a la luz, no todos los baños cuentan con una ventana lo suficientemente grande para que deje pasar una iluminación óptima; razón por la que la mayoría de plantas no prosperan en este lugar.

La temperatura es otro problema con el que nos encontramos, ya que es muy oscilante, así puede pasar de una temperatura moderada a otra excesivamente alta después de una ducha o baño. Esto provoca un cambio demasiado brusco que las plantas de interior no toleran.


Pasillo - Pese a que nos empeñemos, en los pasillos es muy difícil que las plantas prosperen debido a que por lo general carecen de suficiente luz para ellas. Pero, aunque así sea, cuenta con el inconveniente de ser una zona de paso constante, con la molestia que supone rozar a la planta cada vez que se pasa.


Ojo con los remedios caseros - No siempre estos remedios funcionan o lo hacen de forma incorrecta. Uno de ellos, indica que para elevar la cantidad de humedad y refrescar a una planta hay que colocar unos cuantos cubitos de hielo sobre la tierra, así al derretirse le proporciona frescor y humedad. Eso es a todas luces un auténtico disparate, ya que el hielo al derretirse se filtra hasta las raíces enfriándolas de tal manera que llega a ser más nocivo que la falta de humedad.

sábado, 17 de agosto de 2013

Atenciones en las plantas de interior

Indicaciones básicas

Las plantas que se utilizan para la decoración de interiores, crecen de forma natural en determinados lugares del mundo, con una climatología suave, una formidable humedad y con muy pocos cambios climáticos  a lo largo del año. 
Para no errar en el cultivo de las plantas de interior lo mejor es crear las condiciones más cercanas que gozarían en su hábitat natural.
Las siguientes consideraciones en el cultivo de las plantas de interior, pueden ayudar a no cometer ciertos errores que pueden afectar a su desarrollo, principalmente si se trata de plantas delicadas.
 
Distintas a las de exterior - A diferencia de las plantas de jardín, las de interior no tienen ciclos activos e inactivos tan estrictos y muchas no se toman un periodo de descanso invernal, de hecho, algunas continúan con su crecimiento aunque de forma más pausada.

Condiciones primordiales - Los ambientes cargados de humo, poco ventilados, o la falta de humedad, son condicionantes favorables para los parásitos microscópicos como el oídio. Siempre que se pueda hay que ventilar bien las estancias donde tengamos plantas.

Humedad ambiental - Hay que entender que las plantas de interior son en su mayoría tropicales y en su origen disfrutan de una humedad considerable y temperaturas cálidas. Por eso se hace imprescindible en periodos de calor humedecer el ambiente que rodea a las plantas de interior, pero esto hay que hacerlo varias veces al día debido a que la humedad se evapora rápidamente.

Riegos - El agua del grifo se trata con productos químicos como el cloro o el flúor para nuestra seguridad, sin embargo a la mayoría de las plantas de interior no les gusta demasiado. Una buena idea es dejar agua en un recipiente abierto durante al menos 24 horas antes de utilizarla para el riego.

¿Cuanto regar? - Casi todas las plantas de interior necesitan tener un sustrato húmedo durante los períodos de crecimiento activo. Pero no hay reglas fijas, porque cada situación es diferente debido a las variaciones de temperatura, la especie, si está en pleno crecimiento, la ubicación, el tamaño de la planta y su contenedor, etc. Es cuestión de aprender las necesidades de nuestras plantas.

Abonado - Nunca hay que abonar una planta recién replantada, el nuevo sustrato tiene suficientes nutrientes. Alimentar en exceso una planta daña seriamente las raíces por quemaduras. Se debe esperar al menos un mes antes de comenzar con la fertilización.

Fuera hojas y flores secas - Todo tejido vegetal seco se convierte en un caldo de cultivo de enfermedades y atrae a los insectos. Inmediatamente que una hoja o flor se seque es conveniente eliminarla de la planta, ya que bajo condiciones de calor y humedad los hongos se desarrollan con rapidez.

Ubicación - Uno de los mayores errores que se cometen con frecuencia y apenas reparamos en ello, es que las plantas de interior odian que las muevan. Por lo general ante un cambio de ubicación la planta puede detener su crecimiento o perder gran parte de su follaje. Algunas plantas con flor pueden negarse a seguir floreciendo y no abrir los botones florales por un simple giro del contenedor.

Plantas nuevas - Una planta recién comprada puede resultar un problema, porque en ocasiones son ellas las que traen insectos o enfermedades a casa infestando a las que ya tenemos. Este punto se puede evitar inspeccionando el nuevo ejemplar a fondo y dejándolo apartado de las otras plantas durante unos días.
Estos son algunas señales que se debe buscar antes de comprar una planta:
  • Hojas con manchas marrones, agujeros, o picadas: son signos seguros de infestación de plagas o enfermedades.
  • Los insectos en cualquier parte del ejemplar. Llevar una planta infestada atacará también a otras.
  • Hojas cubiertas de un polvillo blancuzco, es síntoma de la agresión de oídio. No comprarla aunque su precio sea de ocasión.
  • Un moho gris (Botrytis) en cualquier parte de la planta es una razón de peso para no comprarla. Es uno de los problemas más graves porque se propaga.

jueves, 15 de agosto de 2013

Plantas acidófilas


Plantas de suelos ácidos

Las plantas conocidas como acidófilas necesitan un tipo de suelo con unos determinados factores, que sin embargo son perjudiciales para otras plantas.

Los suelos con un elevado pH o calcáreos, producen un problema conocido como clorosis férrica, esto afecta al desarrollo de las plantas cuyas hojas se tornan amarillentas, perjudicando más a las hojas jóvenes que a las maduras.

No corregir el pH puede desencadenar en la falta de vitalidad de las hojas y tallos, finalizando por acabar con la planta.

Cuanto más se acerque el pH del suelo a las características de una planta mejor será su desarrollo.

Conocer el pH es un elemento importante, en los centros de jardinería podemos hallar útiles para medir el grado de acidez del suelo, eso nos facilitará mucho la labor a la hora de conocer que tipo de plantas encajarán mejor en nuestro jardín.

Colocar el cursor encima de la imagen para conocer el nombre de cada planta
    
    
    
El grupo de plantas representadas en este artículo se conocen como acidófilas o lo que es lo mismo plantas amantes de los suelos con un rango ácido.

En general, en zonas con lluvias frecuentes, suelen abundar los suelos ácidos debido a que el agua de lluvia se lleva los compuestos de calcio formando carbonatos solubles y generando acidez. Los suelos ácidos, son habituales en buena parte del norte de España.

Muchas de las plantas acidófilas se cultivan en macetas y prosperan de forma impecable, sólo hay que mantener cierto cuidado con el agua del grifo, porque suele ser demasiado alcalina y con el tiempo sube el pH del sustrato. Para que no perjudique es preferible acidularla: proceso que consiste en añadirle unas cuantas gotas de zumo de limón o vinagre antes del riego.

En el apartado de la alimentación sucede o mismo, es vital usar un abono formulado especialmente para plantas acidófilas, con el objeto de mantener la acidez del suelo.

La acidez se mide por medio del pH (abreviatura de potencial de hidrógeno). Esta medida comprende entre 1 (acidez extrema), y 14 (alcalinidad total), un valor de 7 es considerado como neutro, (ni ácido ni alcalino).

Por lo tanto se puede interpretar que un pH que se sitúa en 4'5 corresponde a un suelo muy ácido y un pH de 9 contempla a un suelo muy calizo.

martes, 13 de agosto de 2013

Tiempo de transplante

Las plantas mantenidas en recipientes del tipo que sea necesitan trasplantes periódicos, y, aunque a muchas plantas no les afecta la época en que se les trasplante, es en la primavera el momento ideal para proceder a trasplantar la mayoría de especies.
Es una de las tareas que no conviene esperar demasiado para efectuarla, principalmente en las plantas de flor, ya que cuando comiencen a florecer no podrá hacerse.

Hay que tener en cuenta que por o general las plantas se desarrollan mejor en macetas que parecen pequeñas que en recipientes excesivamente grandes. Lo ideal desde luego es un perfecto equilibrio entre la parte aérea, las raíces y el recipiente contenedor.
 
Cuando se imponga la necesidad de realizar el trasplante de una planta es importante hacerlo a una maceta o cualquier otro soporte que sea sólo ligeramente mayor que el anterior. Un recipiente demasiado grande hará que crezcan las raíces en detrimento de la parte aérea.

El trasplante es una tarea muy útil y sencilla, que en el caso de las plantas de interior que se cultivan en una maceta con una cantidad de sustrato y de nutrientes limitada se convierte en imprescindible, como norma general.

El momento del trasplante es una buena oportunidad para revisar de forma cuidadosa las raíces, eliminando las que aparezcan secas o presenten un mal estado.
Es fundamental en las plantas con insectos en la tierra, que se cambie todo el sustrato e incluso lavar bien bajo el grifo las raíces.

No es necesario trasplantar un ejemplar todos los años, aunque debe hacerse si se desea que la planta siga creciendo y siempre que las raíces asomen por el agujero de drenaje de la maceta.

Nunca se debe trasplantar los ejemplares que no tienen muy desarrollado el sistema de raíces o bien que éstas se encuentran rodeadas de una suficiente cantidad de sustrato.

En los ejemplares de gran tamaño que están en recipientes demasiado grandes no son fáciles de trasplantar.

Por ese motivo y para que sigan con un desarrollo sano, se puede reabastecer el sustrato sin necesidad de cambiarlo por completo. Sólo hay que remover la capa superficial del sustrato con un pequeño rastrillo o tenedor viejo y sustituirlo por un sustrato nuevo.

En el caso de que las raíces hayan alcanzado un desarrollo tal que no sea fácil hallar un recipiente adecuado para la planta (esto puede suceder por ejemplo con la esparraguera), conviene cortarlas en parte mediante un cuchillo que corte bien.

Previamente al cambio de maceta, conviene regar planta ligeramente, de modo que el sustrato quede humedecido, con esto se evitará que el cepellón se cuartee en distintos trozos de tierra con el consiguiente perjuicio para las raíces.

Al nuevo recipiente se le debe colocar en la base una buena capa de piedrecillas o de trozos de tiesto roto.

Se cubre la base con una moderada capa de sustrato y se introduce la planta, rellenando con más sustrato hasta que el cepellón quede cubierto, se presiona bien el sustrato con las manos para que no queden las eventuales bolsas de aire alrededor de las raíces y que la planta quede asentada firmemente.
Después de cualquier trasplante es importante regar de forma abundante.

domingo, 11 de agosto de 2013

Consejos para un buen trasplante

Con el trasplante aseguramos a nuestros ejemplares un crecimiento sano y vigoroso, ya que dispondrá de espacio suficiente para crecer y de los nutrientes necesarios para afrontar la estación de desarrollo.

Es imprescindible usar un buen sustrato para ayudar al crecimiento del ejemplar; en los establecimientos del ramo podemos encontrar sustratos propios para el trasplante, que aportan abono de efecto retardado con un factor enraizante que estimula el crecimiento.

Hay que tener en cuenta que existen especies de plantas que requieren de un sustrato especial, como sucede con las Orquídeas, Azaleas, Cactus, etc.

Para aprovechar la labor del trasplante que puede ensuciar bastante, es mejor hacerlo en todas las plantas a la vez. 
En el caso que se realice en plantas con macetas de tamaño manejable es preferible hacerlo sobre una mesa que en el suelo, simplemente se deberá cubrir convenientemente con un plástico para no estropearla.
Aunque el trasplante se realice en primavera cuando las temperaturas son más suaves, hay que evitar que las raíces pasen frío, ni tampoco un calor excesivo durante la operación de traspaso del recipiente viejo al nuevo.

Con el proceso del trasplante se consigue que el ejemplar trasplantado reemprenda vigorosamente su desarrollo, pero es un momento delicado para las raíces, por lo que es preciso manejarlas con cuidado.

  • Si el cepellón está muy pegado a las paredes de la maceta será necesario pasar un cuchillo alrededor de la tierra.
  • Hay que desenredar con los dedos las raíces que estén muy comprimidas o enmarañadas, de esta forma quedarán mejor envueltas en el sustrato.
  • Es necesario cortar las raíces que tengan aspecto de estar enfermas, se notan por su color amarronado o negruzco.
  • Además de cambiar el contenedor, es necesario cambiar el sustrato viejo por uno nuevo que aportará beneficiosos nutrientes.
  • Con el alimento que tiene el sustrato nuevo será suficiente para la planta recién trasplantada hasta pasados dos meses, por lo que no necesitará ser abonada durante ese periodo.
  • Las plantas recién compradas no siempre necesitan ser trasplantadas, sólo hay que hacerlo si el cepellón está totalmente cubierto de raíces.
  • Las plantas durante la floración o en pleno crecimiento activo no se deben trasplantar, podría interrumpir su desarrollo y limitar la producción de flores.
  • Si vamos a utilizar tiestos de barro es preferible dejarlos durante unas horas sumergidos en agua, así no absorberá el agua de riego.
  • Si el nuevo contenedor no tiene agujero de drenaje habrá que efectuarle uno, para que pueda salir el agua sobrante del riego.
  • Para mejorar el drenaje y que el agua no se estanque y pudra las raíces se puede añadir en el fondo de la maceta una fina capa de gravilla o trozos de tiesto.
  • El tamaño del contenedor nuevo si importa, sólo deberá ser 1cm mayor que el anterior, 2cm como máximo, o crecerán más las raíces que la parte aérea.
  • En el caso de que las macetas viejas se reutilicen hay que lavarlas a fondo con agua jabonosa, incluso añadiendo unas cuantas gotas de lejía.

viernes, 9 de agosto de 2013

Transplantes

La primavera es el momento ideal de trasplantar la mayoría de plantas.
No conviene hacerlo demasiado pronto ya que puede sobrevenir una helada inesperada, o esperar mucho, porque cuando estén en flor no podrá hacerse.

Es una operación que les ayuda a que sigan creciendo, esta sencilla operación les asegura un buen desarrollo.

  • Nunca se deben trasplantar durante la floración. Tampoco cuando estén creciendo activamente, podría interrumpir su desarrollo y limitar la producción de flores.
  • Las plantas que aparezcan con las raíces asomando por el agujero de drenaje y se compruebe que llenan la maceta, pueden trasplantarse en cualquier época del año, pero teniendo mucho cuidado de molestar lo menos posible a las raíces.
  • Siempre hay que regar antes del trasplante, si la tierra que envuelven las raíces está seca es más fácil dañarlas y les costará más arraigar de nuevo.
  • Este es un buen momento para revisar el estado de las raíces; de paso, se puede cortar o podar las que estén enfermas, ennegrecidas y todas las que estén apelmazadas.
  • Es positivo desenredar y separar la raíces más enmarañadas con los dedos; si están demasiado comprimidas no quedarán envueltas en el sustrato.
  • En los ejemplares que no tengan bien desarrollado el sistema de raíces, no será necesario el trasplante.
  • Es importante que el tiesto nuevo sea sólo un poco mayor que el anterior, unos 2 cm más de diámetro. Si es demasiado grande, crecerán más las raíces en detrimento de la parte aérea.
  • Además de cambiar el tiesto, es imprescindible renovar la tierra por un sustrato nuevo que suministre a la planta más nutrientes.
  • No siempre es necesario trasplantar cada año, sólo se hace anualmente si se quiere que la planta siga creciendo.
  • Para limitar el crecimiento de una planta que es muy grande y no se desea que crezca más, hay que dejarla en la misma maceta y renovar sólo la capa superior del sustrato.
  • Aprovechar para añadir una capa de gravilla en el fondo de la maceta, además de mejorar el drenaje, aislan las raíces del suelo cuando hace mucho frío.
  • El sustrato nuevo aporta a la planta el suficiente alimento para que no requiera abono durante un par de meses.
  • Trasplantar las plantas puede ensuciar bastante, por lo que es muy acertado hacerlo con todas las plantas a la vez.
  • Si el sustrato viejo tiene insectos, entonces habrá que lavar bien las raíces, en cualquier ejemplar, y sustituir todo el sustrato por uno nuevo.
  • Las macetas viejas se pueden reutilizar, pero conviene lavarlas bien a fondo con agua y detergente, incluso con un chorrito de lejía.
  • En las plantas recién compradas es mejor esperar unas semanas a que se aclimaten al emplazamiento, de todas formas, en general, no suelen necesitar ser trasplantadas.
  • No llenar hasta arriba el tiesto de sustrato, hay que dejar libres un par de centímetros para que no se derrame el agua del riego.
  • Las plantas de semilleros deben trasplantarse a una maceta o al jardín cuando alcancen un tamaño adecuado; depende de cada tipo.

miércoles, 7 de agosto de 2013

Jardines botánicos para visitar





    - Andalucía - Jardín Botánico de la Concepción, Málaga 

    - Andalucía - Jardín Botánico de la Universidad de Málaga 

    - Andalucía - Jardín Botánico del Albardinal
     
    - Andalucía - Jardín Botánico La Umbría de la Virgen María 

    - Andalucía - Jardín Botánico El Castillejo 

    - Andalucía - Jardín Botánico de Córdoba 

    - Andalucía - Jardín Botánico de San Fernando, Cádiz 

    - Andalucía - Jardín Botánico La Cortijuela, Monachil, Granada

    - Andalucía - Jardín Botánico Torre del Vinagre, Santiago Pontones, Jaén

    - Aragón - Jardín Botánico de la Fundación Oroibérico de Noguera de Albarracín (Teruel) 

    - Andalucía - Jardín Botánico El Robledo, Constantina, Sevilla

    - Asturias - Jardín Botánico Atlántico de Gijón

    - Baleares - Jardín Botánico Soller

    - Baleares - Jardín Botánico Mundani, Mallorca 

    - Canarias - Jardín Botánico Viera y Clavijo, Las Palmas

    - Cataluña - Jardín Botánico de Barcelona

    - Cataluña - Jardín Botánico Molí del Foix, Barcelona

    - Cataluña - Jardín Botánico Pinya de Rosa, Gerona

    - Comunidad Valenciana - Jardín Botánico Cactuslandia, Alicante 

    - Comunidad Valenciana - Jardín Botánico de Cullera, Valencia 

    - Comunidad Valenciana - Jardín Botánico Universidad de Valencia

    - Extremadura - Jardín Botánico de Coria, Cáceres 

    - Galicia - Jardines del Pazo de Soutomaior Pontevedra 

    - Galicia - Parque de Castrelos e Xardíns de Quiñones de León (Vigo, Pontevedra)

    - La Rioja - Jardín Botánico de La Rioja

    - Madrid - Jardín Botánico de Moraleja de En medio

    - Madrid - Real Jardín Botánico de Madrid

    - Madrid - Real Jardín Botánico Juan Carlos I de Alcalá de Henares

    - Navarra - Jardín Botánico Señorío de Bértiz 

    - País Vasco - Jardín Botánico de Olárizu, Álava 

    - País vasco - Jardín Botánico de Iturraran, Guipúzcoa