domingo, 30 de junio de 2013

Consejos para plantas de interior (Reloaded)

La mayoría de las plantas de interior provienen de países tropicales donde la temperatura se mantiene constante, la humedad es alta y el agua no es un problema. Estas condiciones las podemos mantener en casa de forma fácil, ya que nuestros hogares reúnen algunas de las condiciones que necesitan este tipo de plantas, como la temperatura o la humedad.
10 trucos para cuidar tus plantas de interior
Sin embargo, lo más complicado es reproducir en nuestra casa las condiciones lumínicas de las plantas en la naturaleza. Por lo general viven a la sombra de otras plantas más grandes, pero con luz solar suficiente para sobrevivir, así que suelen adaptarse bien a la falta de luz, pero no a la oscuridad o luz muy tenue de nuestros hogares.

10 consejos para conservar tus plantas de interior

  1. Busca una habitación bien iluminada, sin corrientes de aire fríos, pero bien ventilada. La mejor opción es siempre ubicar la planta cerca de una ventana. Ten en cuenta que una planta situada a 2 metros de la ventana recibe 4 veces menos de luz que una justo al lado de la ventana.
  2. Las plantas de hojas grandes, como la Costilla de Adán (Monstera deliciosa), soportan mejor la falta de luz que las de hojas pequeñas, aunque parezca lo contrario.
  3. Pulveriza cada mañana las hojas de tus plantas. Las plantas tropicales necesitan ambientes muy húmedos, difíciles de mantener en casa, por lo que necesitan que se rocíen con agua para evitar que amarilleen o se sequen las puntas de las hojas.
  4. Coloca un plato bajo la maceta con una pequeña capa de grava para mantener la humedadambiental, de esta forma. Así no necesitarán tanto riego, que es uno de los problemas más comunes de las plantas de interior.
  5. Riega solamente cuando la planta lo necesite, es decir, cuando el sustrato está seco. Para ello basta con tocar la tierra: si se adhiere al dedo, está húmeda, en caso contrario, necesitará agua.
  6. Para regar es mejor que se riegue de abajo a arriba, es decir, colocando un plato bajo la maceta y echando el agua en él para que por porosidad se empape el resto del sustrato.
  7. Nunca debe de haber agua encharcada en contacto con las raíces de la planta. Después de cada riego controla que no haya agua en exceso en los platos, pues puede provocar la pudrición de las raíces por asfixia radical.
  8. Cuidado con la temperatura: las plantas de interior necesitan una temperatura controlada cercana a los 20ºC, así que evita colocar las plantas cerca de fuentes de calor o del aire acondicionado.
  9. Si la planta ha crecido demasiado, pódala. De esta forma controlarás su tamaño.
  10. Si la planta está enferma, prueba a ponerla en el cuarto de baño. Éste es el lugar más húmedo de toda la casa, y funciona como un hospital para las plantas.

viernes, 28 de junio de 2013

El Riego

Como utilizar el riego de una forma responsable en el jardín siendo solidarios con la Sostenibilidad del Planeta

Suprimir el riego: ¿una utopía?

Regar es una de las actividades más frecuentes del jardinero. Tanto en el huerto como en el jardín, las plantas elegidas no están en su medio natural, por lo que el aporte de agua debe ser, en la mayoría de los casos, más regular y abundante que el que proporciona la lluvia, que escasea en determinadas estaciones o, a veces, durante todo el año.


Conviene observar las plantas y procurar que no les falten agua y nutrientes para que puedan desarrollarse de forma óptima y armoniosa, especialmente en el momento de plantarlas. A menudo, las plantas elegidas necesitan un suelo fresco que proporcione a las raíces esos elementos.

A lo largo del tiempo, los jardineros han tomado conciencia, al tener en cuenta ciertas sorpresas en forma de calor excesivo, de que es necesario variar el tratamiento que se da a las plantas para evitar quemarlas sistemáticamente.


No es necesario ser alarmistas, aunque hay que reconocer que el clima está sufriendo variaciones que no siempre permiten aplicar los proverbios que antaño guiaban la sabiduría del jardinero. Generalmente, el agua de lluvia acaba llegando, aunque, ciertamente, en algunos lugares es más escasa que en otros y resulta muy costosa de obtener, si bien no llega o faltar del todo. Sin embargo, existen soluciones, que van desde seguir sencillas actuaciones y técnicas milenarias hasta aplicar sistemas informáticos muy elaborados, para evitar el despilfarro que supone por ejemplo el riego automático del césped, que hoy en día es insostenible en muchos lugares. Las soluciones existen.


Lo que no debe hacerse – nunca ha de elegir plantas que no se adaptan a las características del suelo ni al clima de su región.

Lo que debe hacerse – regar cuando sea necesario. Es inútil pretender compensar con el riego diario las pérdidas por evapotranspiración de las plantas: esto las debilita de cara a una eventual sequia, hace aumentar desmesuradamente el consumo de agua y provoca la pérdida de los nutrientes del suelo.


Cómo saber cuándo es necesario – realice una prueba muy sencilla: hunda en el suelo un bastón hasta una profundidad de 30 cm y después retírelo. Si lo saca con tierra adherida, el riego puede esperar, si sale sin restos de tierra, es necesario regar. Otras señales pueden apreciarse a simple vista: ¿se reblandecen las hojas?, ¿la planta pierde vigor? – estos son signos de que está a punto de marchitarse. La planta sufre y no dispone ni de suficiente energía ni de agua: el riego es inaplazable.


Cómo saber si el riego es suficiente – la necesidad de agua que tienen las plantas depende de numerosos factores (naturaleza del suelo, capacidad de retención, exposición al sol, precipitación, etc.). El riego es, finalmente, un proceso empírico. Sepa que, grosso modo, se pueden llegar a utilizar unos diez litros de agua por metro cuadrado de jardín una vez por semana. Como el objetivo es la disminución progresiva del riego, enseguida se dará cuenta de cómo reaccionar las plantas que disponen de un acolchado a la sequia, por lo que podrá adaptar la frecuencia del riego y la cantidad de agua.

Regar en el momento adecuado


No debe regar nunca en los momentos de más calor. Al contrario, elija las horas más frescas del día, ya sea por la mañana, antes de que el sol caliente demasiado, o por la tarde, después de que se haya puesto, o incluso por la noche (si dispone de un programador). De esta forma, las plantas notarán menos el estrés hídrico provocado por la diferencia de temperatura entre el agua y el aire, y no corren el riesgo de quemarse por la reverberación producida por el agua que queda sobre las hojas.


Potencie los riesgos abundantes pero espaciados, que estimulan a las plantas a buscar el agua profundamente, y hágalo con lentitud para evitar la formación de escorrentías.

Es claramente preferible regar en el pie de las plantas porque conduce directamente el agua hacia el sistema radical y limita la proliferación de enfermedades criptógamas. También se puede canalizar el agua directamente hacia el sistema radical con la ayuda de un pequeño tubo de drenaje.

El riego manual – la regadera


Si dispone de un jardín pequeño con un número relativamente escaso de plantas para regar, nada le impide seguir utilizando su vieja regadera. Encontrará en las tiendas regaderas de plásticos o de acero galvanizado de diversos tamaños según sus necesidades. Una boca con numerosos orificios permite un riego muy suave.

Antes de regar, deje que el agua se caliente un poco para no provocar estrés hídrico, que resulta nefasto para las plantas. También muchos jardineros prefieren utilizar la manguera para regar, y es comprensible.

La manguera de riego o presión


Existen muchas clases de mangueras de calidades distintas: el modelo más sencillo no posee armazón y esto le impide resistir bien la presión y las torsiones. Es preferible gastar un poco más y elegir una manguera reforzada (formada por diversas capas) y trenzada, ya que la malla le da mayor resistencia.


Los diámetros son universales para la utilización en jardines particulares, de 15 a 19 mm. Generalmente una manguera de 20 metros es suficiente, pero se pueden conseguir de todas las medidas.

El riego con manguera presenta muchas ventajas: es fácil de instalar y de utilizar, y es multifuncional: diferentes boquillas permiten diversos tipos de riego: con pistola o con lanza (consigue un riego muy fino, atomizado o de flujo concentrado) o bien con aspersor, oscilante o giratorio. Conviene saber, no obstante, que el riego por aspersión suele ser menos eficaz que el riego al pie.

El riego automático



La automatización de una red de riego es una solución tentadora por más de un motivo:
       Evita la siempre enojosa manipulación de mangueras
      Permite ganar tiempo
   Irse de vacaciones tranquilamente
      Nos ayuda a conseguir un interesante ahorro de agua
  Este sistema no llega a eliminar el riego, pero es mucho más sostenible que los anteriores.
Cómo funciona el riego automático


Un programador (a pilas y directamente aplicado sobre el adaptador del grifo para un riego del tipo subterráneo) dará la orden, a la hora que usted haya elegido y durante el tiempo deseado, para que se abran las electroválvulas que permitirán el paso del agua por la red.

Cada red corresponde a un tipo de riego específico. Por ejemplo, habrá una para los chorros fijos y otra para la microirrigación.


¿Por qué? Porque la presión y el caudal no son los mismos en todas las redes; funcionarán de forma sucesiva. La duración del riego es fija, pero en algunos sistemas muy sofisticados, el programador está unido a una sonda instalada en el suelo, de manera que mide la tasa de humedad y, si esta es suficiente, el riego automático no se lleva a cabo.

Lo ideal sería programarlo para regar a última hora de la tarde o, mejor aún, por la noche, hacia las 3 o las 4 de la madrugada.

La microirrigación


La microirrigación es un sistema que permite transportar el agua directamente al pie de las plantas con mangueras de goteros o microaspersores. Este sistema puede ponerse en marcha de forma manual o mediante un programador que hay que instalar con anterioridad.

La microirrigación es una forma de riego muy interesante porque reduce entre un 30 y un 50% el consumo de agua y, por tanto, los costes.


Es ideal para utilizar en árboles, setos, macizos de flores y en huertos. El sistema tiene también la ventaja de no mojar las hojas y reduce así la aparición de enfermedades criptógamas.

La instalación es relativamente sencilla. Sin embargo, es preferible elaborar, en un papel milimetrado, un plano a pequeña escala al que se trasladarán las dimensiones de la zona que desea equipar, en el que dibujaremos también el recorrido de las mangueras, el emplazamiento de la alimentación de agua, etc. De este modo podrá calcular de forma precisa los metros de manguera y valorar el material que va a necesitar.



Fuente: Regar sin malgastar

Diseño de riegos para el jardín


La forma ideal de regar nuestro jardín es la instalación de un riego automático. Los factores que deben hacer el decantarnos por esta opción son varios. En primer lugar sin duda alguna es más económico en gasto de agua que el riego manual, en jardines un poco más grande de lo normal el riego manual es simplemente imposible, serian mucho tiempo el que deberíamos destinar a esta labor, seguro que en algún momento no podemos o simplemente unas vacaciones y la ausencia del hogar puede echar al traste la labor de muchos meses de trabajo. Por lo tanto vamos a centrarnos en los componentes que nos van a ser necesarios para la elaboración de un riego automático para nuestro jardín.
El diseño de este riego debemos hacerlo teniendo en cuenta lógicamente la forma de nuestro jardín. Como mínimo es aconsejable diferenciar las líneas de riego en dos zonas una primera zona de aspersores que serán los encargados del riego del césped y una segunda línea que será la línea de goteo para hacer llegar a cada planta un microtubo. Para el manejo de este sencillo diseño que hemos planteado nos hará falta, un programador que será el encargado de controlar los días y minutos que queremos que se riegue, las electro válvulas que serán las que dejaran pasar el agua o no lo dejaran dependiendo de la orden que reciba del programador, una arqueta de jardín que será la encargada de alojar las electro válvulas enterradas en nuestro jardín, tubo de polietileno, este es un tubo flexible con el que podemos hacer el recorrido sin problemas, codos y similares para adaptar el tubo y los aspersores de riego de los que disponemos de distintas opciones de 90 grados, 180 grados o 360 grados, entre otros. En algunos puntos por las necesidades del riego nos hará falta utilizar reductores de presión. Para la línea de goteo nos hará falta micro tubo y los micro difusores.
Debemos tener muy en cuenta la presión de que disponemos en el jardín, si no tenemos mucha una buena opción es dividir las líneas de riego en varias para que así el caudal que haya en la tubería tenga mayor presión. Otro factor a tener en cuenta es la naturaleza del agua, si tenemos un agua con mucha cantidad de cal seria conveniente el uso de descalcificadores en la línea de riego para evitar la obstrucción con el paso del tiempo de nuestros elementos.

miércoles, 26 de junio de 2013

Cómo cultivar berenjenas

La Berenjena es conocida como, una planta de la familia de las solanáceas muy conocida y querida por todos. Y es que, esta  es muy cultivada en las huertas del mundo  por los grandes usos que tiene.  No sólo se utiliza a nivel culinario, sino que también es valorada a nivel ornamental y medicinal.
Por eso, hoy os dejamos algunos pasos a seguir si queréis cultivar berenjenas en vuestros jardines, y disfrutar así de su rico sabor y belleza  ornamental.

Características

La Berenjena es una planta herbácea de entre 30 y 60 cm de altura que posee un  tallo recto, ramificado, velludo y que puede ser espinoso.  Además, es bastante frágil cuando se carga de frutos.
Sus hojas son lobadas, grandes y velludas; y sus flores son grandes, con forma de estrella y de color violeta.


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El fruto, la berenjena, que es el que nos gusta tanto, puede medir desde 5 a 30 centímetros de longitud, y como todos sabemos, posee una forma cilíndrica, ovalada y alargada. Disfruta de una piel muy brillante y sin rugosidades que suele ser morada o negra debido a los pigmentos “antocianinas” que le dan el color; aunque también existe blanca, amarilla, roja, etc.

Momento de plantar las semillas

Para plantar las semillas de nuestra hortaliza necesitamos un semillero o maceta con perforaciones en la parte inferior que hará que la planta esté drenada.

Debemos llenar el recipiente con tierra bien enriquecida hasta la mitad y regarloSe esparcen las semillas por la tierra (unas tres semillas por maceta),  se vuelve a cubrir con otra capa de tierra y se riega nuevamente. Se debe mantener  a una temperatura muy elevada en el momento de la germinación (unos 30 grados), por lo que podéis colocarla cerca del radiador  o en un lugar cálido hasta que salgan los primeros brotes.

El mejor momento para la plantación de las semillas es cuando acaba el invierno (finales de abril), así, al finalizar la primavera podemos pasar al trasplante.


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¿Cuándo y dónde trasplantarla?

Una vez que vuestras plantas empiezan a crecer, debéis esperar a que alcancen unos ocho  o nueve centímetros de altura para traspasarlas. Son unos dos meses lo que tarda, ósea que el trasplante se realizará en mayo o junio. Este es un momento en el que hay que tener cuidado para no perjudicar a las raíces.

Lo primero es elegir el lugar donde vayamos a colocarlas, ya sea en el terreno de vuestro jardín o en una jardinera o maceta. Es necesario elegir un lugar soleado (10 o 12 horas de sol) y resguardado del frío, ya que esta es muy sensible a las bajas temperaturas.  Soporta muy bien las temperaturas elevadas siendo  los 24 grados aproximadamente su temperatura óptima. Precisa  por lo tanto, un clima cálido con riego abundante, por lo que debemos mantener la humedad durante el crecimiento de la planta. El momento de crecimiento es esencial, por lo que el riego debe ser especialmente abundante en esta fase.

La berenjena prefiere terrenos fértiles y profundos con buen drenaje. Si se cultiva en maceta es recomendable un suelo ligero que contenga una mezcla de arena y turba.


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Los primeros frutos los tendremos unos dos o tres meses después del trasplante. 


martes, 25 de junio de 2013

Plantas entre las grietas de un muro

Los muros de piedra sin cimentar también son lugares de plantación. Aprovecha las grietas que se forman entre las piedras para decorarlas con, por ejemplo, saxífragas, lewisias, ramondas, flox enanas, etc. Utiliza plantones o pequeños esquejes arraigados, que podrás introducir en las grietas con facilidad. El resultado será espectacular.





1 Retira un poco de tierra de la grieta con la ayuda de una pala e introduce una mezcla de 3 partes de tierra negra, 2 de sustrato turboso y 1 de arena.








2 Introduce la plántula elegida en la grieta deslizando las raíces con la ayuda de un palito. Rellena, afirma apretando con los dedos y riega desde arriba.

Fuente: http://www.mijardin.es

domingo, 23 de junio de 2013

Cómo cultivar kiwis

El otoño es la época ideal para plantar kiwis. El actinidia chinensis es una planta trepadora originaria de China. Su cultivo comenzó a extenderse a mediados de los años 70, con grandes plantaciones en Estados Unidos, pero fue su llegada a Nueva Zelanda, ya en los 80, la que impulsó al kiwi a adquirir su fama internacional. Sus hojas son alternas, simples, largas, redondas y caducas, de color verde claro en la zona trasera y más oscuro en la superior. Sus flores pueden ser masculinas, femeninas y hermafroditas. Estas últimas poseen a la vez ginoceo y androce, los dos órganos sexuales, permitiendo su autoreproducción.

Si conseguimos que germine bien y florezca, el kiwi nos obsequiará con unos frutos en forma de cápsula loculicida, de piel oscura y vellosa. Su fruto es una fuente natural de vitaminas C y E, además de ser rico en fibra y bajo en colesterol. Por si esto fuera poco, tiene efectos anticancerígenos, antioxidantes y refuerza las defensas de nuestro organismo. Sabiendo esto, es difícil resistirse a tener alguna planta de kiwi en nuestro jardín. Pero debemos saber que puede tardar hasta siete años en dar su primera cosecha. Tendremos que ser pacientes.

Cómo se cultiva

A la hora de cultivar el kiwi, podemos optar por sembrar semillas o comprar las plantas en un vivero. La primera opción es más lenta, ya que tendremos que lograr una buena germinación para conseguir ejemplares fuertes y resistentes. Las semillas podemos obtenerlas directamente del fruto. Las esparcimos por una maceta convenientemente preparada con tierra rica en materia orgánica, y las regamos abundantemente, tapando la maceta con plástico transparente para conservar bien la temperatura. Es importante dejar el contenedor en un sitio con luz, pero sin que incidan los rayos del sol directamente.


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Cuando empiecen a germinar las primeras plántulas, sácalas con mucho cuidado y plántalas en un tiesto individual. A partir de este momento, puedes dejar el kiwi en el exterior, pero ten cuidado porque las heladas fuertes pueden matarle si es demasiado joven. Evita también temperaturas muy altas, ya que es una planta de clima templado y no le vienen bien los excesos. El rango de 20º C a 30º C es su preferido.
A medida que vaya creciendo, es conveniente sacarla del tiesto individual y plantarla cerca de un árbol o estructura que le permita ir trepando. Es importante que esté protegida del viento, ya que puede convertirse en su peor enemigo. Busca un sitio cerca de una pared para ubicarla, será la mejor solución. Procura que sea un suelo sin presencia de cloruros; a ser posible franco arenoso, es decir, que retenga poca agua y drene rápido. Riega la planta con abundancia, especialmente en época de actividad vegetativa. Los expertos recomiendan el riego de microaspersión con baja presión, pero mide bien la cantidad de agua, ya que es sensible a la asfixia radicular.

Polinización del kiwi

Llegado el momento de plantar el kiwi, presta atención al sexo de cada planta. Si es hermafrodita, no tienes de qué preocuparte: ya se encargará ella sola de todo el trabajo. Hay que tener cuidado con algunos kiwis autofecundables que venden en los viveros, ya que suelen ser simples machos. Lo mejor a la hora de plantarles es poner un macho por cada cuatro o cinco hembras. De esta forma, siempre se poliniza alguna.


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Entre las 13:00 y las 17:00 horas es el momento en el que existe mayor cantidad de polen suspendido; por esta razón, el fruto del kiwi es muy sensible a la efectividad de la polinización anemófila o a través del aire, e influirá decisivamente en su forma y tamaño.

Consejos prácticos


Aprovecha el invierno para hacer la poda de formación. Hay que ser paciente con el fruto del kiwi; no producirá en abundancia hasta pasado un mínimo de cinco años. En verano, reduce las nuevas ramas hasta cinco yemas. Busca el brote más robusto para conducirlo por el soporte. Es una planta muy resistente a plagas y enfermedades, pero conviene protegerla con una pequeña malla metálica de medio metro de altura. El viento puede arruinar tu plantación de kiwis: préstale mucha atención.

jueves, 20 de junio de 2013

Tres trabajos con flores tardías


Dalias, crisantemos, heliantus, rudbequias, etc. alcanzan su máximo esplendor entre finales de verano y principios de otoño, justo cuando la mayoría de las flores ha vivido su mejor momento. Los cuidados que te mostramos a continuación tienen la finalidad de ayudarlas para que su color dure el máximo tiempo posible.




1 Arranca los capullos de flor secundarios (los que están por debajo del central) mientras sean pequeños. Así conseguirás que tus ejemplares produzcan flores de mayor tamaño. 









2 Elimina las hojas que presenten síntomas de plagas o enfermedades desde los primeros momentos. Si hay mucha invasión, utiliza el fitosanitario adecuado.









3 Aplica un fertilizante general de acción rápida con el riego mientras continúe la floración, pero no abuses del nitrógeno. Es beneficioso para las hojas, pero puede entorpecer la floración.




martes, 18 de junio de 2013

Las palmeras

Las palmeras son plantas arbóreas o incluso arbustivas, pertenecientes a la clase monocotiledóneas (embrión con un solo cotiledón cuya característica principal es que son herbáceas), orden espacifloras y familia Palmae o Arecaceae, tal y como se denominan en la actualidad al no existir un género Palma o Palmarum.
Existen ciertas características que las hacen fácilmente distinguibles de otras especies arbóreas.



ESTÍPITE –“Tronco” de la Palmera
Es necesario hacer varias matizaciones ya que las palmeras, como monocotiledóneas que son, no son árboles propiamente dicho, sino más bien hierbas y por tanto, las palmeras no tienen troncos como otros árboles, es decir, no desarrollan madera con anillos que cuentan sus años, sino que generalmente tienen troncos llenos de pequeños conductos  filamentosos semejantes a la fibra o a pequeñas venas que le dotan de un tejido mucho más suave que la madera y que la hace mucho más flexible que un árbol, lo que le permite doblarse sin problemas en tormentas huracanadas. Así, no es de extrañar que después de aun huracán, si queda algún árbol en pie, lo más probable es que sean palmeras.
Las palmeras, por tanto, poseen un falso tronco denominado correctamente estípite o estipe, generalmente solitario y no ramificado a excepción de la Hyphaene thebaica y Nypa, los cuales se ramifican dicotónicamente. Hay sin embargo palmeras multicaules con varios troncos; otras producen hijuelos en su base y acaban formando pequeños bosquecillos.
La savia de la palmera circula principalmente por la parte interna del estípite, al contrario que los árboles, proporcionando una mayor resistencia al fuego, pero por el contrario son incapaces de regenerar los tejidos externos y así no pueden cicatrizar sus heridas como suceden los árboles.


RAÍCES DE LA PALMERA
Las palmeras, como todas las monocotiledóneas, tienen un sistema radicular fasciculado, siendo el diámetro de las raíces igual en toda su longitud, pueden alcanzar hasta los 20 metros, sobre todo aquellas cultivadas en zonas secas o desérticas.
Sus raíces, generalmente abundantes, no crecen y se ramifica como otras plantas. A medida que la palmera envejece, produce nuevas raíces desde la base del tronco y en alguna ocasión incluso salen por encima de la tierra formando incluso formas similares a ramas, que realmente no lo son. Generalmente, este tipo de raíces las desarrollan las palmeras adultas plantadas en lugares poco profundos o con un mal drenaje y se llaman raíces adventicias.
Las raíces de las palmeras plantadas en plena tierra no suelen producir daños a las construcciones colindantes ya que no son agresivas.


HOJAS DE LA PALMERA
La corona de hojas, es probablemente la parte más distintiva de las palmeras. Algunas palmeras tienen hojas que son las más largas del reino vegetal, como por ejemplo la Raphia regalis (25 mtrs.).
Se pueden dividir en 3 grupos:
Pinnadas- Bipinnadas (con forma de pluma): Las pinnadas son aquellas que están formadas por una vaina que se inserta o abraza el tronco.
Las hojas bipinnadas son aquellas pinnadas cuyos folíolos son pinados en lugar de simples. Sólo en uno de los géneros de palmeras, las Caryota, las hojas pinnadas se subdividen y por tanto se las conoce como “Bipinnadas” ( como las hojas de la Tipuana), la forma es ondulada y se parece a la cola de un pescado.
Palmadas o Palmeadas: son aquellas que tienen el limbo en forma de abanico, pudiendo ser la superficie de la hoja plana, plegad u ondulada.
Costapalmadas: Son aquellas hojas palmadas en las cuales el pecíolo se prolonga en forma de costilla penetrando más o menos en el limbo.
Dentro de los tipos de hojas puede haber una gran diversidad en forma y tamaño, así por ejemplo tenemos hojas palmeadas que pueden ser enteras sin corte alguno como por ejemplo la de la Licuala grandis, o divididas en segmentos como la de la Rhapis excelsa. También hay hojas segmentadas a medias como por ejemplo la Livistona o la Pritchardia. 


FLORES DE LA PALMERA
Las palmeras, por lo general tienen pequeñas flores que son unisexuales. La mayoría de especies son monoicas con los dos sexos en la misma inflorescencia o por separado. Otras son dioicas, es decir, con flores femeninas y masculinas en diferentes pies. Algunas especies poseen flores hermafroditas.


INFLORESCENCIAS DE LA PALMERA
En las inflorescencias o espádices es donde están agrupadas las flores de las palmeras, protegidas por unas brácteas denominadas espatas, pudiendo resultar muy llamativas por su aspecto y tamaño.
Las palmeras, cuando florecen, producen generalmente una inflorescencia con pequeñas flores insignificantes que suelen nacer por debajo, o incluso a veces, dentro o por encima de la corona central de palmas. Las flores de las palmeras pueden ser o machos o hembras e incluso, en algunas especies pueden ser hermafroditas y la polinización de las mismas se puede producir por una de estas 3 formas:
MONOICAS – Se dan cuando las flores de los ejemplares machos y las de los ejemplares hembras se encuentran en la misma inflorescencia o en inflorescencias separadas pero en la misma planta.
DIOICAS – Se da cuando las flores del macho y las de las hembras se encuentran en en ejemplares distintos.
HERMAFRODITAS: Se da cuando en una misma planta, las flores (no las inflorescencias) tienen a la vez órganos masculinos y femeninos, como casi todas las flores que conocemos, con sus estambres y sus pistilos.


FRUTOS DE LA PALMERA
El fruto es una baya, drupa o nuez de forma, color y tamaño muy variable según cada especie. A menudo éste es mucho más decorativo que las flores. El fruto de la Lodoicea maldivica es el más grande y pesado del reino animal.
Tras la polinización, los frutos formados contienen, por lo general, únicamente las semillas que suelen ser de distintas formas (ovaladas, elípticas o incluso esféricas) y tienen un tamaño variado que va desde apenas unos milímetros, como es el caso de la Washingtonia robusta, al casi medio metro de diámetro de laLodoicea maldivica originaria de las islas Seychelles, que produce la mayor semilla del reino vegetal , alcanza a pesar hasta 45 Kgr.



domingo, 16 de junio de 2013

¿Cómo cuidar las flores cortadas?

Las flores son un elemento fundamental para decorar cualquier casa. Además de poderlas cultivar nosotros mismo en el jardín, también se pueden aprovechar los mejores ejemplares para dar un aire natural a cualquier estancia. El arte floral es una disciplina muy interesante que gana adeptos cada día: constituye no sólo un elemento importante a considerar en la decoración, sino que además permite dar rienda suelta a tu creatividad. Pero, antes de ponerte manos a la obra, deberás saber cómo conseguir que las flores cortadas duren más.

No existe pues una clasificación botánica de las plantas más adecuadas para proporcionar flores cortadas, ya que estas plantas están concebidas más por los resultados que se logran con sus flores que por la planta en sí. Muchas de ellas se cultivan de manera industrial para suministrar a las floristerías el género que necesitan para ramos y regalos.

Estas plantas tienen un gran valor económico, debido al gran volumen de flor cortada que se vende en el mercado, de ahí que muchos botánicos y viveristas estén experimentando continuamente para obtener híbridos de colores diversos, olores de más intensidad y que sean más resistentes al paso del tiempo una vez hayan sido cortadas.

La gerbera, el iris, el anthurium, el narciso, la rosa, los tulipanes, el crisantemo, la dalia, las anémonas, las caléndulas, la azucena o el clavel son algunas de las flores más utilizadas para confeccionar ramos y decorar jarrones y centros de mesa.

Cómo conseguir que la flor cortada aguante más tiempo

Elegir el mejor momento para cortar las flores es un factor a tener en cuenta para que éstas tarden menos en marchitarse.Las horas más tempranas de la mañana y los últimos minutos de la tarde suelen ser los mejores momentos para cortar la flor, debido a que los tejidos se encuentran más turgentes que a pleno sol con calor, las flores pierden el agua de sus tejidos y si las cortamos, aguantan menos tiempo frescas.


                            flores cortadas              Flores cortadas

Una vez cortadas tendremos que tener cuidado con el tallo de la flor ya que por ahí será por donde reciba los nutrientes que necesite para mantenerse sana durante más tiempo. Lógicamente, por el tallo, la flor se alimenta con mayores dificultades que cuando estaba en la planta, por eso, debemos intentar facilitarle la labor.
 
Hay que evitar que el corte de la parte inferior del tallo se aplaste o que esté ligeramente podrido, ya que estas circunstancias perjudicarán su adecuada conservación. Cada día haremos una pequeña incisión dos centímetros por encima del corte con unas tijeras, procurando siempre no deformar o aplastar el tallo. Con este truco podremos mantener durante más tiempo las células del tallo vivas para alimentar a la flor.

Ponerlas en el jarrón

Las flores cortadas tienen que ponerse siempre en agua limpia y renovarla cada vez que se ensucie. Como la flor ha perdido las hojas y las raíces de la planta, ya no tiene ningún modo de obtener el oxígeno que necesita para vivir. Puestas en agua, las flores son capaces de sustentarse a partir del oxígeno que está disuelto en el agua y que absorben a través del tallo.

Poner una aspirina disuelta en el agua también ayuda a su conservación, aunque también se pueden incorporar productos especiales de jardinería que sirven para matar las bacterias que pueden desarrollarse en el agua y que acelerar la putrefacción de la flor. Asimismo no podemos olvidar retirar los restos de flores marchitas o las hojas pasadas, ya que al caer en el agua se pueden pudrir y activar el proceso de descomposición de la flor.


                            flores              flores cortadas
 
Otro factor fundamental es el jarrón: cualquiera que sea el recipiente, tiene que tener agua suficiente para todas las flores y que llegue bien la luz a cada una de ellas. Es decir, que la cantidad de flores tiene que ser proporcional al volumen del jarrón, sin apelotonar los ejemplares.

Por último, no debemos olvidar que es muy importante tener en cuenta la habitación donde colocaremos el búcaro con las flores. Los ambientes secos, con corrientes de aire o donde da el sol directamente a las flores contribuyen a resecar antes los tejidos y a que envejezcan más rápidamente.

viernes, 14 de junio de 2013

Trucos para tener un jardín espléndido (II)

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Las temperaturas están subiendo. No hay nada como sentarse a la sombra de un buen árbol, pisar sobre una superficie fresca y ver crecer las flores. Seguimos con los consejos del primer reportaje desgranando algunos trucos fáciles de aplicar para que, poco a poco, tu jardín sea ese pequeño oasis que tanto has deseado.



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Árboles que den buena sombra:Escoger el árbol adecuado para que crezca en tu jardín puede ser una de las claves para que tu espacio verde sea un rincón agradable y útil, especialmente en estos días de tanto calor. En primer lugar debes tener en cuenta que los árboles delgados de tronco y con buena copa son la mejor elección para cubrir la mayor superficie de sombra, sin hipotecar el suelo. Te recomendamos que elijas un roble, una robinia, un castaño de indias, un chopo blanco o incluso un arce.

Pavimentos más frescos:En tu jardín quieres tener un espacio cubierto con un pavimento para poner una mesa con sillas, hazlo, pero ten en cuenta lo siguiente: en general, todos los materiales se calientan mucho con el sol. 
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Puedes escoger grandes piedras, pizarra, grava, granito, lozas de barro o madera. Lo más interesante para evitar que se sobrecalienten y produzcan ese tedioso efecto de calor es que les proporciones algún tipo de sombra, bien sea con árboles, arbustos o incluso con algún toldo o parasol. Por supuesto, evitar que les de el sol directo te permitirá disfrutar de un frescor adicional. También ayudará que los riegues al atardecer.

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Jardín en flor durante más tiempo:Alargar la floración de tus plantas está en tus manos. Te durarán mucho más si las riegas y fertilizas a menudo. Otro cuidado que deberás ofrecerles es eliminar las flores marchitas asiduamente. Recuerda también que no debes regar las flores en las horas de máximo sol y siempre has de regar sin mojar las flores. Un buen sistema para evitar que esto te ocurra de manera accidental es el goteo, que mantiene el suelo húmedo, o bien usando agua en gel, como la que proporciona la marca Chupiplant.

Arbustos más sanos:
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En muchas ocasiones pensamos en nuestro jardín únicamente disponiendo flores o árboles. Los arbustos son una variedad que ayuda mucho a separar espacios y muchos de ellos nos proporcionan bonitas floraciones, nada despreciables y muy vistosas. Recuerda que para tener unos arbustos sanos deberás aplicar abono cada quince días durante su época de floración, normalmente comprendida entre abril y septiembre. Si el ejemplar es nuevo, de esta temporada, será imprescindible que esperes unas seis semanas para aplicarle la primera dosis.

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Flores más erguidas:Algunas plantas en flor tienden a desparramarse a medida que van creciendo. Esa imagen no es muy favorecedora, pero es algo que sin mucha complicación también puedes evitar. Simplemente deberás atar las ramas a tutores que previamente habrás clavado en el sustrato. Luego, ata un cordel a la vara central y rodéala con una lazada en forma de ocho, sin anudar el tallo. Verás como lo consigues.

Atrapa los caracoles:
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Bonitos, pero muy molestos y peligrosos para el desarrollo óptimo de nuestras plantas, es necesario atrapar los caracoles si quieres lucir un jardín sin mordiscos. Para hacerlo, es tan sencillo como coger una botella de plástico, cortar el tercio superior y girar esa parte sobre ella misma disponiendo la boquilla como un embudo. Cuando tengas este artilugio confeccionado, viértele cerveza. Disponla cerca de una planta que habitualmente sea manjar de caracoles. Estos, una vez dentro de la botella-embudo, no podrán salir.

jueves, 13 de junio de 2013

Trucos para tener un jardín espléndido (I)

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Los conocimientos en jardinería de las personas aficionadas se van acumulando con el tiempo y con la observación. Es frecuente preguntar a las personas de más edad algunos trucos para mejorar y salvar las plantas que no tienen buen aspecto. En este artículo hemos recopilado algunos trucos que te serán de gran ayuda si lo que quieres es sacar el máximo partido de tu jardín.



Mi planta se está secando
Si quieres evitar que tus plantas se marchiten y se sequen con el calor, sepáralas de la pared o del muro, puesto que estas superficies concentran gran cantidad de temperatura y la transmiten a los cuerpos que tengan alrededor, en este caso, las plantas.
Si la planta está muy seca, moja el cepellón y mantenlo sumergido hasta que dejen de salir burbujas. Simultáneamente, moja las hojas. Para mejorar el substrato, añádele compost en la primera capa. De este modo garantizarás los nutrientes para su recuperación.
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Demasiado apiñado
Si tienes alguna planta que rebosa en la maceta, no te asustes. Puedes aprovechar, especialmente en las plantas vivaces, para sacar nuevos ejemplares o esquejes. Para hacerlo, simplemente deberás sacarla de la maceta, quitar los ejemplares viejos, y mantener en ese primer recipiente, sólo las más fuertes. Las otras las puedes plantar de manera aislada en otra maceta con compost y tierra fértil para conseguir revivirlas. Es importante evitar las horas de más calor para hacer este trabajo.


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Evitar plagas con la podaPuedes leer nuestro artículo específico sobre el tratamiento de plagas, pero a groso modo es importante limpiar con un cepillo toda la superficie que hayas podado y aplicar un cicatrizante que evite que los pequeños insectos aniden en las pequeñas cavidades.



Aplicar productos fitosanitarios
En muchas ocasiones utilizamos estos productos para darle un nuevo impulso a nuestras plantas. Para sacarles el máximo partido, te aconsejamos que cubras la planta con un plástico durante un par de días. Es mejor no aplicarlos cuando llueve o cuando hace viento, puesto que el efecto es menor. Recuerda que antes de usar el producto, deberás eliminar las partes que estén afectadas.



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Salvar los geranios
Si te gustan los geranios reventones, deberás tener mucho cuidado durante esta época, en la que ataca de manera fulminante la mariposa africana. A nivel de prevención, debes saber que el riego abundante favorece su penetración. No mojes las flores ni las hojas y deja almenos un par de días entre riego y riego para que el sustrato se seque. Si ya es demasiado tarde, deberás usar un producto especial para eliminarlas.



Golpe de calor en los árboles
Viene el tiempo de los brutales golpes de calor y las plantas son las primeras en padecerlos. Si tienes algún árbol que haya sufrido por estas circunstancias, sólo la poda podrá salvarlo. Para hacerlo, deberás cortar el ramaje de manera parcial, de modo que evites el brote de las yemas. Recuerda que si el árbol está en plena floración, es mejor no tocarlo a no ser que en ello le vaya la vida.



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¿Cuando segar?
Seguramente te habrás preguntado cuál es el mejor momento del día para segar el césped, ahora que empiezas a disfrutar de él. El primer consejo es que lo hagas siempre con la hierba seca, nunca mojada. Antes de proceder a la siega, es bueno que pases una escoba que retire las hojas secas o otras impurezas que pueda contener el césped. De este modo te quedará un corte mucho más homogéneo y bonito. Por lo que respecta a la frecuencia, es mejor que lo hagas como máximo una vez a la semana. No por cortar más a menudo tendrás un césped más tupido, más bien al contrario. Los cortes demasiado continuos debilitan la hierba y favorecen el crecimiento de las malas hierbas.